"La sociedad de la vigilancia ha transformado a los ciudadanos en usuarios y en sujetos de datos. Ya Basta. Quienes han violado nuestro derecho a la privacidad han abusado de nuestra confianza y es hora de que los desenchufemos de su fuente de poder: nuestros datos."

Privacidad es Poder/

Carissa Véliz

Ya no es solo el hecho de que se apropien indebida y deliberadamente de nuestros datos, sino además lo más preocupante es que logran su objetivo final: modificar nuestros hábitos de conducta. No es infrecuente observar a cualquier hora en cualquier calle concurrida bien sea de una urbe o incluso un pueblo; la imagen de individuos embelesados con sus dispositivos móviles.

¿Hasta que punto han podido lograr como los experimentos de B.F Skinner, soslayar nuestra conciencia hasta el punto de someternos como sociedad a un adormecimiento nunca hasta conocido?

Como cual flautista de Hamelin, las grandes Big-Tech se apropian como antes he descrito no solo de nuestros datos sino además de nuestra atención. Antes la TV devoraba horas para los niños, hoy en día las aplicaciones hacen estragos no solo en nuestros menores sino también en adultos que deberían corregir su debido uso a los primeros.

Ya no se fuma en espacios públicos, pero nuestra salud mental está en juego. No somos capaces de prestar atención adecuadamente porque la inmediatez es lo que apremia: un mensaje, una notificación, un like y así la lista es infinita.

Todo tiempo pasado es un error afirmar que fuera mejor. Pero para quíen esto escribe se vivía más a plenitud. Una sociedad analógica funcionó hasta mediados de finales de los 90 con total efervescencia. Las redes sociales han pervertido las relaciones tal como la conocimos hasta finales del siglo pasado. Nunca antes en la historia hemos estado con tantas herramientas de comunicación en mano y más distanciados unos de otros.

En la sociedad occidental actual es imperante un cambio de paradigma en este sentido, en muchos casos a esto que me refiero lo han denominado antisistema, pero prefiero apostar por un mejor uso de herramientas para transmitir información, que continuar siendo cobayas de un grupo que se nutre de nuestras interacciones y además transforma sociedades en esclavos digitales, contentos de entregar su valioso tiempo y esfuerzo.