Hackeo a nuestra atención


Para nadie es un secreto la cantidad de recursos que disponen las tecnológicas para incrementar nuestra presencia en las redes. Cada minuto cuenta, y a pesar de los informes reveladores acerca de las malas prácticas de las tres grandes que dominan el mercado, seguimos accediendo con nuestros datos y alimentando a las bestias.


Se ha extendido mucho el hecho que desbloqueamos las pantallas de nuestros teléfonos móviles celulares más de 150 veces al día. Se dice poco pero en realidad, es una barbaridad apabullante.


En un artículo del 16/11/2007 Elena Sanz de la revista Muy Interesante comentaba que la duración media de una noticia era de 69 minutos, según estudios de dos físicos estadísticos de laboratorios de Hewlett Packard.


Imaginen cuanto tiempo tarda ahora, catorce años después. Nuestra atención ha pasado a convertirse en oro del salvaje oeste que menospreciamos y dilapidamos sin medir las consecuencias y esto, lo hacemos a diario, en cualquier lugar y a cualquier hora.


No es extraño observar que cada vez más, menores de edad cambian de nana de cuidados por un aparato electrónico y a más temprana edad.


¿Cómo redistribuir nuestro tiempo a nuestro favor y revertir estas tendencias?


Difícil tarea para los padres de familia modificar estos patrones que se afianzan cada vez más en los hogares de hoy en día.



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